INSTRUMENTOS MUSICALES DEL MUNDO
Cordófono Frotado
Sistemas Mecanicos
España, Francia, Inglaterra, Italia, ...Europa
Instrumento de música medieval empleado como acompañamiento de la música sacra; pertenece al grupo de instrumentos cordófonos frotados.
La palabra organistrum es una contracción de los términos latinos órganum (una de las primeras formas musicales contrapuntísticas de la historia), e instrumentum (‘instrumento’). Era un instrumento que se utilizaba exclusivamente para acompañar el órganum vocal. Posiblemente fue usado en el entorno religioso principalmente en círculos monásticos para estudiar y componer música.
Este ejemplar se exhibe en el Museo De Luis Delgado, construido por Jesús Reolid y la fotografía es de el fotógrafo Juan Hormaechea.
En los instrumentos más primitivos, el organistrum se aproximaba a los dos metros de longitud, como se puede comprobar en múltiples representaciones en piedra de catedrales románicas: pórticos de la catedral de Santiago de Compostela (obra del maestro Mateo, en 1188), la Colegiata de Toro (Zamora), la abadía de Saint Georges en Saint Martin de Boscherville (Francia) y otras.
Dado su tamaño se precisaban dos personas para manejarlo, una movía la rueda mediante una manivela, la segunda interpretaba la música activando unas teclas con tangentes que actuaban sobre las cuerdas melódicas. Esta complicada técnica hacía que el instrumento fuera adecuado sólo para melodías exageradamente lentas.
Producía un sonido muy grave y de gran volumen, muy adecuado para el acompañamiento del coro y la polifonía.
Posteriormente, en instrumentos más evolucionados, symphonia, disminuye el tamaño y las teclas se accionan pulsándolas, técnica mucho más cómoda que permite ejecutar melodías más rápidas y además facilita su manejo por una sola persona con la mano izquierda en el teclado y la derecha accionando la manivela.
Una vez liberadas, las teclas vuelven a su posición original con ayuda de la vibración de las cuerdas.
Sus elementos principales son: caja de resonancia, cuerdas, manivela, cordal, puente, rueda, teclado, clavijero, mástil y ceja.
La caja de resonancia, con forma de 8 con escotaduras, normalmente tiene ambas tapas planas en los modelos más primitivos.
Los modelos más antiguos utilizaban dos cuerdas. Los más comunes (del siglo XII) disponían de tres cuerdas: una melódica o cantante (chanterelle en francés, dallamhúr en húngaro) y dos drones colocados sobre un puente común, con las que se obtenían simultáneamente la melodía principal con las dos voces acompañantes (a un intervalo paralelo de quinta y octava ascendentes) definidas por el órganum básico. Los drones producían un sonido grave y profundo.
Lo más probable es que se utilizaran cuerdas de tripa retorcida de animal.
El teclado, constituye una innovación mecánica y un gran avance que facilita aprender e interpretar música escrita.
Manejando las teclas y tangentes del teclado, distribuidas según los intervalos definidos por Pitágoras, se modifica la longitud vibrante de las cuerdas, obteniéndose una octava diatónica cromática.
La rueda es una innovación mecánica introducida en los instrumentos musicales medievales. Gira mediante la acción de una manivela y frota las cuerdas, generando un sonido continuo.
En Música Enchiriadis,2 se describe el órganum básico como la superposición paralela de quinta ascendente, octava ascendente y cuarta descendente, que corresponde a do-sol-do, por lo que este debió ser el afinado del instrumento. La cuarta inferior equivale a una quinta ascendente descendida una octava.
El afinado se basa en el acorde relativo en quintas y octava D, G. Se afinaba con la escala pitagórica, que divide cada octava en 12 intervalos ligeramente distintos a los intervalos temperados que se utilizan en la música occidental en la actualidad.
Por sus características es un instrumento muy sensible a los cambios de temperatura y humedad, precisando de frecuentes ajustes.
Fuentes:
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